Ante mi próxima
estancia en Macerata (Italia), que empieza mañana, el clásico de la semana es,
por supuesto, italiano: un magnífico poema de Gianni Rodari procedente de un
libro reseñado aquí hace tiempo, Filastrocche in Cielo e Terra, publicado aquí como Retahílas
de cielo y tierra, con traducción de Miguel Azaola. Elegí el poema hace unos días, así que no tiene nada que ver con los últimos acontecimientos nacionales, aunque sea pertinente.
Il dittatore
Un punto
piccoletto,
superbioso e
iracondo
“dopo di me –
gridava -
verrà la fine
del mondo!”
Le parole
protestarono:
“Ma che grilli
hai pel capo?
Si crede un
Punto – e – basta,
e non è che un
Punto – e – a – capo”.
Tutto solo a
mezza pagina
lo piantarono in
asso,
e il mondo
continuò
una riga più in
basso.
El dictador
Un minúsculo
puntito
muy soberbio e
iracundo,
gritaba: “Después
de mí
solo queda el
fin del mundo!”
Las palabras
protestaron:
“Este chico está
fatal;
no es más que un
punto y aparte
y se cree el
punto final”.
Lo dejaron solo
en medio
de la página,
chillando,
y una línea más
abajo
el mundo siguió
girando.
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