Versos de agua, de Antonio García Teijeiro, cuyos poemas son, en efecto, como el agua: algunos juguetones e inquietos y otros profundos y enigmáticos, como este.
Mi abuelo compró una barca
de madera de ciruelo.
La echamos en un estanque
donde se refugia el cielo.
La barca no tiene remos,
ni velas, ni marineros.
La empujan vientos de espuma,
pequeños titiriteros.
Las aguas surca la barca
de madera de ciruelo,
la barca llena de vida
que un día compró mi abuelo.
García Teijeiro, Antonio Versos de agua, Zaragoza, 2002 (segunda edición, undécima impresión; edición original: 1989); ilustraciones de Teo Puebla.
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