Ruiz Johnson, Mariana, Mamá, Pontevedra, Kalandraka, 2013.
VI Premio Compostela para álbumes
ilustrados 2013
El VI Premio Compostela
para álbumes ilustrados ha recaído este año en Mamá, un álbum fascinante por muchas razones, pero, en lo que a
este blog atañe, por su estatuto genérico híbrido, que lo hace funcionar al
mismo tiempo como álbum ejemplar (en cuanto a la relación entre texto e imagen,
por ejemplo) y como libro de poesía para primeros lectores, o incluso como un
solo poema.
Su pertenencia al género
poético viene marcado por diversos rasgos, el más llamativo de los cuales es sin
lugar a dudas la rima. Mamá es un
álbum rimado de principio a fin, que alterna la asonancia con la consonancia y
que mantiene una regularidad silábica a lo largo de todo el texto, ya que todo
él está escrito en hexasílabos, lo cual le confiere una cadencia constante de
principio a fin, que además, son parejos. El libro empieza diciendo “Mamá / es
tantas cosas”; el desarrollo nos hace ver todo lo que es, marcado por algunas
anáforas; y la última secuencia concluye “Mamá / es tantas cosas, / esconde
universos”. Una estructura cerrada, redonda como la de un buen poema, o la de
un buen álbum, pues como ambas cosas funciona Mamá.
Mamá está
escrito en verso, pero versificar no es lo mismo que escribir poesía. Esta
surge de una especial y palpable tensión en el lenguaje que debe llevar a este
a los límites de lo decible, dejarlo a punto de quebrarlo pero sin acabar de
romperlo del todo. Es ahí donde reside todo fulgor poético, que no es
incompatible ni con los textos más mínimos, ni con los primeros lectores, ni
con la literatura infantil. Y es ahí donde este álbum gana la batalla poética
con maestría. Al decir que Mamá “es
casa redonda / mullida y andante”, y al acompañar esos versos con la imagen de
la madre embarazada, con el feto visible, se usa una metáfora que pone nombre a
aquello que está a la vista de todos pero no nos habíamos formulado con esas
mismas palabras. Una metáfora realmente iluminadora porque nos hace mirar la
realidad de otra manera. Más adelante, pasajes como “Los pájaros cantan /
cuando está contenta”, “Y cuando se enoja / mamá es tormenta” o “Teje cantos,
cuentos, / castillos de arena, / estrellas y soles / y la luna llena” coquetean
abiertamente con la imagen visionaria y llevan más allá la metáfora unívoca
anterior, lo cual se prolonga en las dos secuencias siguientes. Queda así
dibujada, con los versos y las ilustraciones, la madre como el centro de todo –
no en vano, una secuencia así: “Es centro feliz / seguro y radiante” –,
reflejando ese momento de la vida de cualquier ser humano en que la madre
representa el poder absoluto, en que la madre lo es todo y es capaz de todo.
Pero lo que parece
directamente milagroso en Mamá es que
este acontecimiento estético que es el álbum emerja de un equilibrio absoluto
entre el texto y la imagen. Cuánto álbum de empaque visual incuestionable se
resiente por un texto que no está a su altura, y cuántos textos brillantes se
ahogan entre ilustraciones mediocres y poco adecuadas. No es el caso. Aquí las
ilustraciones, en las cuales no nos detendremos mucho (no por falta de ganas,
sino porque su comentario excede los propósitos de este blog y alargaría esta
entrada innecesariamente) y en sí el álbum, como producto visual, son de una
belleza arrebatadora. Haciendo uso de un estilo naif, con colores saturados y
diversos recursos estilizadores, con imágenes de singular potencia, como la del
parto, se reivindica el lazo natural de la madre y el hijo al ubicarlos en la
naturaleza y establecer un paralelismo con los animales. Y, en otro prodigio
estructural, los animales que aparecen en la primera secuencia son luego los
que servirán para ilustrar los demás. La redonda estructura poética lo es también
en las ilustraciones, cuyo estilo no es puramente decorativo u ornamental. No
hay quizás mejor manera de expresar este vínculo universal, atávico,
originario, común a todo ser humano, que con este estilo deliberadamente
primitivo, donde se rehúye de la perspectiva clásica, o con recursos como
colocar a la imagen de perfil con el ojo de frente, propio de representaciones
visuales más primitivas. En este sentido, cobra aún más sentido esta ubicación
en la naturaleza del álbum.
Mamá
es un álbum que habla, que nos
habla, en suma, del amor, de todo lo que somos porque amamos, y de
todo lo que amamos cuando simplemente somos. Habla, en definitiva, del
acontecimiento del amor supremo, de dar vida. Nos habla, por tanto, a
todos.
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