domingo, 1 de diciembre de 2013

Mamá


Ruiz Johnson, Mariana, Mamá, Pontevedra, Kalandraka, 2013.

VI Premio Compostela para álbumes ilustrados 2013 



El VI Premio Compostela para álbumes ilustrados ha recaído este año en Mamá, un álbum fascinante por muchas razones, pero, en lo que a este blog atañe, por su estatuto genérico híbrido, que lo hace funcionar al mismo tiempo como álbum ejemplar (en cuanto a la relación entre texto e imagen, por ejemplo) y como libro de poesía para primeros lectores, o incluso como un solo poema.
Su pertenencia al género poético viene marcado por diversos rasgos, el más llamativo de los cuales es sin lugar a dudas la rima. Mamá es un álbum rimado de principio a fin, que alterna la asonancia con la consonancia y que mantiene una regularidad silábica a lo largo de todo el texto, ya que todo él está escrito en hexasílabos, lo cual le confiere una cadencia constante de principio a fin, que además, son parejos. El libro empieza diciendo “Mamá / es tantas cosas”; el desarrollo nos hace ver todo lo que es, marcado por algunas anáforas; y la última secuencia concluye “Mamá / es tantas cosas, / esconde universos”. Una estructura cerrada, redonda como la de un buen poema, o la de un buen álbum, pues como ambas cosas funciona Mamá.
Mamá está escrito en verso, pero versificar no es lo mismo que escribir poesía. Esta surge de una especial y palpable tensión en el lenguaje que debe llevar a este a los límites de lo decible, dejarlo a punto de quebrarlo pero sin acabar de romperlo del todo. Es ahí donde reside todo fulgor poético, que no es incompatible ni con los textos más mínimos, ni con los primeros lectores, ni con la literatura infantil. Y es ahí donde este álbum gana la batalla poética con maestría. Al decir que Mamá “es casa redonda / mullida y andante”, y al acompañar esos versos con la imagen de la madre embarazada, con el feto visible, se usa una metáfora que pone nombre a aquello que está a la vista de todos pero no nos habíamos formulado con esas mismas palabras. Una metáfora realmente iluminadora porque nos hace mirar la realidad de otra manera. Más adelante, pasajes como “Los pájaros cantan / cuando está contenta”, “Y cuando se enoja / mamá es tormenta” o “Teje cantos, cuentos, / castillos de arena, / estrellas y soles / y la luna llena” coquetean abiertamente con la imagen visionaria y llevan más allá la metáfora unívoca anterior, lo cual se prolonga en las dos secuencias siguientes. Queda así dibujada, con los versos y las ilustraciones, la madre como el centro de todo – no en vano, una secuencia así: “Es centro feliz / seguro y radiante” –, reflejando ese momento de la vida de cualquier ser humano en que la madre representa el poder absoluto, en que la madre lo es todo y es capaz de todo.
Pero lo que parece directamente milagroso en Mamá es que este acontecimiento estético que es el álbum emerja de un equilibrio absoluto entre el texto y la imagen. Cuánto álbum de empaque visual incuestionable se resiente por un texto que no está a su altura, y cuántos textos brillantes se ahogan entre ilustraciones mediocres y poco adecuadas. No es el caso. Aquí las ilustraciones, en las cuales no nos detendremos mucho (no por falta de ganas, sino porque su comentario excede los propósitos de este blog y alargaría esta entrada innecesariamente) y en sí el álbum, como producto visual, son de una belleza arrebatadora. Haciendo uso de un estilo naif, con colores saturados y diversos recursos estilizadores, con imágenes de singular potencia, como la del parto, se reivindica el lazo natural de la madre y el hijo al ubicarlos en la naturaleza y establecer un paralelismo con los animales. Y, en otro prodigio estructural, los animales que aparecen en la primera secuencia son luego los que servirán para ilustrar los demás. La redonda estructura poética lo es también en las ilustraciones, cuyo estilo no es puramente decorativo u ornamental. No hay quizás mejor manera de expresar este vínculo universal, atávico, originario, común a todo ser humano, que con este estilo deliberadamente primitivo, donde se rehúye de la perspectiva clásica, o con recursos como colocar a la imagen de perfil con el ojo de frente, propio de representaciones visuales más primitivas. En este sentido, cobra aún más sentido esta ubicación en la naturaleza del álbum.
        Mamá es un álbum que habla, que nos habla, en suma, del amor, de todo lo que somos porque amamos, y de todo lo que amamos cuando simplemente somos. Habla, en definitiva, del acontecimiento del amor supremo, de dar vida. Nos habla, por tanto, a todos.    

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