Por jugar,
la Luna tira cristales
en el mar.
Por jugar vino la niebla,
le puso su delantal.
‟Si quieres seguir brillando
el cielo habrás de limpiar”.
La luna, como es tan limpia,
no dejaba de frotar.
Limpia que limpia que limpia
hasta que volvió a brillar.
Por jugar,
todos los peces querían
cristales de luna y sal.
Cristales les dio la Luna
a los peces de la mar.
Lagos, Concha, En la rueda del viento, Madrid, Susaeta, 1985 (ilustraciones de Elena González).
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