Baldallo, Luna, Concierto a lo Dagoberto, Huelva, Música Fundamental / Abracadabra,
2012 (ilustraciones de Ana Baldallo)
Siempre es una alegría que
lleguen a las manos de uno proyectos de poesía infantil cuya publicación se ha
debido a la confianza y al empeño de sus autores e ilustradores. Si hace un año
reseñábamos aquí un producto personal – tanto por el empeño de su autor como
por el polifónico resultado – como Pequeño
buzo somnoliento, ahora es el turno de Concierto
a lo Dagoberto, un texto de Luna Baldallo con ilustraciones de Ana
Baldallo. Ya solo por el hecho de haberlo sacado adelante merecería una reseña;
pero además, este libro es un buen producto al que merece la pena darle la
mayor difusión posible.
Concierto a lo Dagoberto es un una (casi) historia en rima muy musical. Y es
una casi historia porque en realidad se parece más un concierto, ya que posee
una estructura más musical que narrativa, más ambiental que anecdótica. Su
carácter musical queda plasmado desde el aparato peritextual que envuelve al
texto en sí. No ya solo el título, por supuesto, sino la cubierta, donde vemos
al personaje central, ese Dagoberto, tocando un piano, en plano cenital, del
que parecen nacer estrellas y que enlaza así a la perfección con la cita de
Tchaikovsky que figura en la contracubierta, que podría resumir el espíritu del
libro: “En verdad, si no fuera por la música habría más razones para volverse
loco”. Este libro, en efecto, nos habla del poder sanador de la música, de cómo
esta nos eleva y nos lleva más allá de nosotros mismos – una idea muy antigua,
pero con total vigencia – y nos hace viajar. Más adelante, las guardas son,
además de musicales, coherentes con lo que ya llevamos visto: en el centro, un
teclado de piano y, arriba y abajo, un fondo azul con estrellas doradas. Los
motivos musicales también están presentes en la portadilla de las dedicatorias,
donde se ve un disco de vinilo, y en la portada, pues hay un pentagrama debajo
del título.
Así, con todo ello,
resulta más que adecuado envolver lo que el texto nos cuenta (aunque me resisto
a usar esta palabra). El texto rimado nos habla de Dagoberto, un pianista
“armonioso y aplicado” que “toca como un artista / de corazón apagado”. Lo que
le ocurre es que, a pesar de cantar por todas partes, “su canción palidece”,
pues su espíritu “está mustio” y ya nadie le aguanta. Él dice que le duele la
mano, pero sus amigos no le creen, y por eso llaman a “Don Genaro, médicos a
domicilio”, quien, cuando llega a casa de Dagoberto, en lugar de auscultarlo o
ponerse a curarlo, enloquece al ver el piano (pues “quiso ser / un famoso
concertista”). Con el médico al piano, Dagoberto se pone a cantar, y se olvida
de sus males. La música de repente les cambia el ánimo a los dos, uno no se
acuerda de que es médico, el otro se olvida de su aflicción, y ambos piensan en
irse a viajar por el mundo. Tanto es así, que el libro acaba con el propio
Dagoberto gritando “Hurra por la diversión”.
Concierto a lo Dagoberto es, por tanto, un libro de inicio melancólico y
final feliz y luminoso, pues nos habla de la capacidad sanadora de la música,
en la línea de la cita de Tchaikovsky. No es casualidad que se haya elegido a
un médico que no cure con los métodos tradicionales y que use la música, en un
final catártico para ambos: el uno porque se reencuentra con su vocación, y el
otro porque la música en manos de los otros le hace ver cuál es el verdadero
valor.
Pero este Concierto a lo Dagoberto es un libro
también musical y rítmico por su estructura. Mayormente está organizado en
estrofas de cuatro versos en los que se alternan diversas distribuciones de
rima, usando las clásicas de arte menor en octosílabos de la poesía española,
que le dan al conjunto una agilidad muy apropiada. Y, aun así, lo más
importante es que hay momentos en que queda claro que a la autora no le
interesa solo el ritmo, sino también ofrecer algo inédito a través del
lenguaje. Por ejemplo, cuando dice que Dagoberto tiene el “corazón apagado”, que
su “canción palidece” o que su espíritu “está mustio”, hermosas metáforas para
hablar del desánimo.
Por todo esto, por la
alegría que transmite, por su carácter musical, por el ritmo y por el uso del
lenguaje, mercería la pena que este Concierto
a lo Dagoberto llegara a los ojos y los oídos de muchos lectores.
www.somosabracadabra.com
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