sábado, 30 de enero de 2016
El clásico de la semana es...
La calma después de la tormenta, de Giacomo Leopardi (se puede leer en español aquí).
La quiete dopo la tempesta
Passata è la tempesta:
Odo augelli far festa, e la gallina,
Tornata in su la via,
Che ripete il suo verso. Ecco il sereno
Rompe là da ponente, alla montagna;
Sgombrasi la campagna,
E chiaro nella valle il fiume appare.
Ogni cor si rallegra, in ogni lato
Risorge il romorio
Torna il lavoro usato.
L'artigiano a mirar l'umido cielo,
Con l'opra in man, cantando,
Fassi in su l'uscio; a prova
Vien fuor la femminetta a còr dell'acqua
Della novella piova;
E l'erbaiuol rinnova
Di sentiero in sentiero
Il grido giornaliero.
Ecco il Sol che ritorna, ecco sorride
Per li poggi e le ville. Apre i balconi,
Apre terrazzi e logge la famiglia:
E, dalla via corrente, odi lontano
Tintinnio di sonagli; il carro stride
Del passegger che il suo cammin ripiglia.
Si rallegra ogni core.
Sì dolce, sì gradita
Quand'è, com'or, la vita?
Quando con tanto amore
L'uomo a' suoi studi intende?
O torna all'opre? o cosa nova imprende?
Quando de' mali suoi men si ricorda?
Piacer figlio d'affanno;
Gioia vana, ch'è frutto
Del passato timore, onde si scosse
E paventò la morte
Chi la vita abborria;
Onde in lungo tormento,
Fredde, tacite, smorte,
Sudàr le genti e palpitàr, vedendo
Mossi alle nostre offese
Folgori, nembi e vento.
O natura cortese,
Son questi i doni tuoi,
Questi i diletti sono
Che tu porgi ai mortali. Uscir di pena
E' diletto fra noi.
Pene tu spargi a larga mano; il duolo
Spontaneo sorge: e di piacer, quel tanto
Che per mostro e miracolo talvolta
Nasce d'affanno, è gran guadagno. Umana
Prole cara agli eterni! assai felice
Se respirar ti lice
D'alcun dolor: beata
Se te d'ogni dolor morte risana
jueves, 28 de enero de 2016
Premio Fundación Cuatro Gatos 2016
Como cada año, el Premio Fundación Cuatrogatos 2016 ha sido otorgado a 20 libros para niños y jóvenes, de creadores iberoamericanos. Para conceder este reconocimiento anual, se tomaron en cuenta cerca de mil obras publicadas en español por más de 120 editoriales de 16 países. Con este premio, la Fundación desea contribuir a que las obras distinguidas lleguen al mayor número posible de hogares, escuelas, bibliotecas y otros espacios donde se propicie el encuentro de los jóvenes lectores con libros de gran calidad.
El folleto digital del Premio Fundación Cuatrogatos 2016 –producido con el apoyo de la compañía 3Mindware– incluye, además de la lista de los 20 libros ganadores con sus respectivas reseñas, la relación de las obras que el jurado consideró finalistas y una selección de 80 títulos recomendados por esta institución. La imagen del premio fue creada en esta ocasión por la ilustradora chilena July Macuada.
El folleto se puede consultar y descargar aquí.
sábado, 23 de enero de 2016
El clásico de la semana es...
The Tyger, de William Blake (se puede leer una traducción al español, aquí).
Tyger Tyger, burning bright,
In the forests of the night;
What immortal hand or eye,
Could frame thy fearful symmetry?
In what distant deeps or skies.
Burnt the fire of thine eyes?
On what wings dare he aspire?
What the hand, dare seize the fire?
And what shoulder, & what art,
Could twist the sinews of thy heart?
And when thy heart began to beat,
What dread hand? & what dread feet?
What the hammer? what the chain,
In what furnace was thy brain?
What the anvil? what dread grasp,
Dare its deadly terrors clasp!
When the stars threw down their spears
And water'd heaven with their tears:
Did he smile his work to see?
Did he who made the Lamb make thee?
Tyler Tyger, burning bright,
In the forests of the night:
What immortal hand or eye,
Dare frame thy fearful symmetry?
jueves, 21 de enero de 2016
The Death of the Hat
The Death of the Hat. A Brief History of Poetry in 50 Objects (selección de Paul B. Janeczko; ilustraciones de Chris Raschka), Somerville, Candlewick Press, 2015.
The Death of the Hat. A Brief History of Poetry in 50 Objetcs es sin duda el tipo de antología que más abunda en la poesía infantil: una panorámica histórica más o menos completa, y más o menos acertada según quién la lea, pues ya se sabe que este tipo de selecciones siempre se basan en el difícil arte de tomar decisiones y luchar contra la propia subjetividad. Sin embargo, esta selección del estadounidense Paul B. Janeczko tiene la peculiaridad de unir en un mismo libro dos tipos de antología distintos: la panorámica o histórica y la temática. Él mismo, en la introducción, confiesa que elaborar esta antología fue un proceso particularly challenging, es decir, especialmente desafiante, debido a dos razones: encontrar durante las épocas más remotas poemas sobre objetos (ya que, según Janeczko, en aquel entonces se componían sobre todo meditaciones filosóficas y espirituales sobre la vida la muerte) y hallar en esas mismas épocas composiciones escritas por mujeres. Janeczko sostiene que las mujeres escribieron poemas in the early eras - y cita precisamente a tres de las que se incluyen en su antología, Jusammi Chikako, Phillis Wheatly y Charlotte Smith -, pero también reconoce que, al menos en Occidente, es más fácil encontrar poemas publicados escritos por hombres que por mujeres.
En la introducción, además, Janeczko da algunas nociones de historia literaria centradas en la poesía (pertinentes, ya que el libro lleva por subtítulo A Brief Story of Poetry in 50 Objetcs) que no pretenden - ni pueden - ser exhaustivas y que justifica así la división que lleva a cabo en el índice: Eary Middel Ages (400-1000); High Middle Ages (1000-1500); The Renaissance (1500-late 1600s); The Enlightenment (late 1600s-1785); Romantic Period (1785-1830); Victorian Period (1837-1901); Modern Period (1900-1945); Postmodern (1945-present); Contemporary. Janeczko, quizás innecesariamente, nos advierte justo a continuación de que los periodos literarios con los que se organiza la antología son mayormente occidentales (the literary ages defined here are largely Western) y que en otros lugares la poesía tiene una historia distinta (poetry in other parts of the world underwent somewhat different evolutions), aunque también reconoce que su selección incluye poderosos ejemplos de poesía oriental (strong poems from Eastern Poets). En cualquier caso, concluye el antólogo, los periodos usados son aquellos en los que coinciden la mayor parte de los especialistas (The major literary periods that I've used as an organizing principle are the ones about which most literary historians agree).
Lo que se le ha olvidado decir a Janeczko - o quizás lo que no se le había pasado en absoluto por la cabeza - es que esos periodos literarios de los que habla no son, como él dice, Western, es decir, Occidentales, sino que corresponden a la división que se establece generalmente para la literatura anglosajona. Por ello, el resultado podría considerarse partially disapointing y en cualquier caso bastante discutible. No ya por la selección que lleva a cabo, que incluye nombres bastante indiscutibles de la historia de la poesía (ahí están Shakespeare, Donne, Blake, Byron, Wordsworth, Poe, Whitman, Dickinson, Stevenson, Coleridge, Yeats, Pound, Frost, Plath, cummings y, oh, sorpresa, Pablo Neruda, entre otros), sino porque titular así una antología que casi solo incluye poemas de escritores anglosajones se antoja por lo menos un despropósito. A Brief History of Poetry in English in 50 Objects hubiera sido un título mucho más adecuado.
Lo que se le ha olvidado decir a Janeczko - o quizás lo que no se le había pasado en absoluto por la cabeza - es que esos periodos literarios de los que habla no son, como él dice, Western, es decir, Occidentales, sino que corresponden a la división que se establece generalmente para la literatura anglosajona. Por ello, el resultado podría considerarse partially disapointing y en cualquier caso bastante discutible. No ya por la selección que lleva a cabo, que incluye nombres bastante indiscutibles de la historia de la poesía (ahí están Shakespeare, Donne, Blake, Byron, Wordsworth, Poe, Whitman, Dickinson, Stevenson, Coleridge, Yeats, Pound, Frost, Plath, cummings y, oh, sorpresa, Pablo Neruda, entre otros), sino porque titular así una antología que casi solo incluye poemas de escritores anglosajones se antoja por lo menos un despropósito. A Brief History of Poetry in English in 50 Objects hubiera sido un título mucho más adecuado.
Sorprende, pues, que el responsable de la selección tenga tan en cuenta la ausencia de mujeres y de poetas orientales, pero que no le salte a la vista ni le parezca totalmente sesgada una antología en la que no hay poemas de autores italianos, franceses, rusos o alemanes, y que la selección en lengua española se reduzca a un poema de Pablo Neruda. Podría pensarse que al autor le resultó imposible encontrar poemas sobre objetos de autores que pertenecieran a otras tradiciones literarias como las mencionadas, pero más bien me inclino a pensar que todo es un problema de de anglocentrismo tout court. En esta visión más bien cerrada y anglocentrista de la literatura y de la cultura (y, por ende, del mundo), Occidente equivale a lo escrito en inglés, y sí, se hace un esfuerzo por mirar a Oriente y por rescatar a mujeres escritoras, pero no por revisar esa misma noción de Occidente de la que se parte. Y por eso se cae en inexactitudes flagrantes como el hecho de que el único poeta hispano incluido en el libro - y el único que escribe en una lengua europea - sea Pablo Neruda, y que esté incluido en la sección de... ¡Contemporary! Es decir, de aquellos poetas que se supone que están escribiendo ahora mismo (sic)... tal vez porque la traducción que maneja Janeczko es de 2011.
Pero lo cortés no quita lo valiente, y más allá de estas inexactitudes que merecerían una revisión, aunque solo fuera por cortesía, hay que decir que este es un libro muy bello, tanto por la idea central que lo estructura - la poesía sobre objetos - como por la selección, pues los poemas son de gran calidad. Hay algunos muy conocidos de poetas muy famosos, como The Red Wheelbarrow, de William Carlos Williams, The Cat and the Moon, de Yeats, o City Trees, de Edna St. Vincent Millay, junto a otros menos difundidos de algunas luminarias literarias y otros de autores mucho menos conocidos, al menos por estas latitudes, y que son todo un descubrimiento. Entre ellos podríamos destacar uno de los últimos poemas del libro, del que está tomado el sugerente título de la selección, The Death of the Hat, de Billy Collins, pues refleja precisamente cómo el sombrero ha dejado de usarse y termina con cuatro hermosos versos elegíamos (And now my father, after a life of work, / wears a hat of earth, / and on top of that, / a lighter one of colad and sky - a hat of wind).
Pero de nada serviría que la selección de estos poemas fuera la adecuada si no fuera también un libro atractivo desde el punto de vista visual, y como objeto. Una antología sobre objetos debe ser un ante todo bello objeto, y es ahí donde adquieren especial relevancia el cuidado en la edición y las ilustraciones. The Death of the Hat es un libro con formato de álbum, formato grande, y exquisito cuidado en todos los detalles paratextuales. La sobrecubierta refleja el título y el espíritu del poema del que está sacado de manera coherente y con cierta melancolía, lo cual es extensible a la cubierta y a la contracubierta, donde se juega con al dispersión de un objeto que ha caído tan en desuso como el sombrero o más: el sello. Quizás esta opción, con objetos encerrados en sellos, sea más sugerente, aunque no tan llamativa, y por eso no se eligió para la sobrecubierta (además, es usada también en el poema de Neruda, Oda a un álbum de sellos). Las dos guardas, por su parte, reflejan un paisaje nuboso por el que vuelan pájaros azules, y es quizás aquí donde empieza a cobrar sentido la técnica elegida por el ilustrador, Chris Raschka, la acuarela, quizás no demasiado usada en la ilustración de literatura infantil, pero que cuenta con practicante tan virtuosos como la italiana Marina Marcolin, de quien ya reseñé dos libros aquí. Ahora bien, mientras que la italiana lleva a cabo unas ilustraciones mucho más cercanas a cierto hiperrealismo, claramente detallistas y con gran atención a la creación de atmósferas y paisajes mediante el uso de fondos coloreados, las de Raschka son más bien sintéticas y esquemáticas, y entablan un diálogo constante con el fondo blanco sobre el que se imprimen los poemas y las imágenes, con soluciones tan variadas como coherentes en cuento a la distribución de texto e ilustración (en esto también tiene mucho que ver la secuenciación, por supuesto). A veces, la doble página engloba dos poemas distintos que quedan unidos mediante la ilustración (como ocurre con los de Emily Dickinson y William Carlos Williams); otras veces, el poema se enmarca dentro de la propia ilustración, como ocurre por ejemplo en Lament, for Cocoa, donde los versos están integrados en una taza de cacao; y en otras ocasiones la dispersión en doble página de un poema largo y sinuoso encuentra perfecta réplica en una ilustración que se extiende, como es el caso de The Cat, de Ferlinghetti, o el ya mencionado Ode to a Stamp Album, de Neruda. Además, Raschka tampoco rehuye jugar de forma variada con los planos y la composición, y, así, usa primeros planos que rayan la abstracción en A Just-Finishing Candle, o Tha Cat and the Moon. Y, en fin, el ilustrador sabe adelgazar el trazo cuando así lo pide el texto y engordarlo y emborronar la página cuando es necesario, sin por ello restar un ápice de expresividad y pertinencia a las imágenes.
En definitiva, The Death of the Hat es una antología paradójica, tan estimable en su acabado editorial y valor poético como discutible en sus planteamientos como selección poética, y que sin duda revela cierta concepción no ya eurocéntrica, como denuncian desde hace tiempo los estudios culturales, sino más bien anglocéntrica, de la literatura que convendría, cuando menos, revisar.
Pero lo cortés no quita lo valiente, y más allá de estas inexactitudes que merecerían una revisión, aunque solo fuera por cortesía, hay que decir que este es un libro muy bello, tanto por la idea central que lo estructura - la poesía sobre objetos - como por la selección, pues los poemas son de gran calidad. Hay algunos muy conocidos de poetas muy famosos, como The Red Wheelbarrow, de William Carlos Williams, The Cat and the Moon, de Yeats, o City Trees, de Edna St. Vincent Millay, junto a otros menos difundidos de algunas luminarias literarias y otros de autores mucho menos conocidos, al menos por estas latitudes, y que son todo un descubrimiento. Entre ellos podríamos destacar uno de los últimos poemas del libro, del que está tomado el sugerente título de la selección, The Death of the Hat, de Billy Collins, pues refleja precisamente cómo el sombrero ha dejado de usarse y termina con cuatro hermosos versos elegíamos (And now my father, after a life of work, / wears a hat of earth, / and on top of that, / a lighter one of colad and sky - a hat of wind).
Pero de nada serviría que la selección de estos poemas fuera la adecuada si no fuera también un libro atractivo desde el punto de vista visual, y como objeto. Una antología sobre objetos debe ser un ante todo bello objeto, y es ahí donde adquieren especial relevancia el cuidado en la edición y las ilustraciones. The Death of the Hat es un libro con formato de álbum, formato grande, y exquisito cuidado en todos los detalles paratextuales. La sobrecubierta refleja el título y el espíritu del poema del que está sacado de manera coherente y con cierta melancolía, lo cual es extensible a la cubierta y a la contracubierta, donde se juega con al dispersión de un objeto que ha caído tan en desuso como el sombrero o más: el sello. Quizás esta opción, con objetos encerrados en sellos, sea más sugerente, aunque no tan llamativa, y por eso no se eligió para la sobrecubierta (además, es usada también en el poema de Neruda, Oda a un álbum de sellos). Las dos guardas, por su parte, reflejan un paisaje nuboso por el que vuelan pájaros azules, y es quizás aquí donde empieza a cobrar sentido la técnica elegida por el ilustrador, Chris Raschka, la acuarela, quizás no demasiado usada en la ilustración de literatura infantil, pero que cuenta con practicante tan virtuosos como la italiana Marina Marcolin, de quien ya reseñé dos libros aquí. Ahora bien, mientras que la italiana lleva a cabo unas ilustraciones mucho más cercanas a cierto hiperrealismo, claramente detallistas y con gran atención a la creación de atmósferas y paisajes mediante el uso de fondos coloreados, las de Raschka son más bien sintéticas y esquemáticas, y entablan un diálogo constante con el fondo blanco sobre el que se imprimen los poemas y las imágenes, con soluciones tan variadas como coherentes en cuento a la distribución de texto e ilustración (en esto también tiene mucho que ver la secuenciación, por supuesto). A veces, la doble página engloba dos poemas distintos que quedan unidos mediante la ilustración (como ocurre con los de Emily Dickinson y William Carlos Williams); otras veces, el poema se enmarca dentro de la propia ilustración, como ocurre por ejemplo en Lament, for Cocoa, donde los versos están integrados en una taza de cacao; y en otras ocasiones la dispersión en doble página de un poema largo y sinuoso encuentra perfecta réplica en una ilustración que se extiende, como es el caso de The Cat, de Ferlinghetti, o el ya mencionado Ode to a Stamp Album, de Neruda. Además, Raschka tampoco rehuye jugar de forma variada con los planos y la composición, y, así, usa primeros planos que rayan la abstracción en A Just-Finishing Candle, o Tha Cat and the Moon. Y, en fin, el ilustrador sabe adelgazar el trazo cuando así lo pide el texto y engordarlo y emborronar la página cuando es necesario, sin por ello restar un ápice de expresividad y pertinencia a las imágenes.
En definitiva, The Death of the Hat es una antología paradójica, tan estimable en su acabado editorial y valor poético como discutible en sus planteamientos como selección poética, y que sin duda revela cierta concepción no ya eurocéntrica, como denuncian desde hace tiempo los estudios culturales, sino más bien anglocéntrica, de la literatura que convendría, cuando menos, revisar.
sábado, 16 de enero de 2016
Beatriz Berrocal, ganadora de la XIII edición del premio Luna de Aire de poesía infantil
La obra La revolución de las perdices, de la escritora Beatriz Berrocal , ha sido la ganadora del XIII premio de poesía infantil Luna de Aire que convoca el Centro de Estudios de Promoción de la Lectura y Literatura Infantil (CEPLI) de la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM). Se puede ver el momento de la apertura de la plica por parte de la vicerrectora del Campus de Cuenca, María Ángeles Burila, en este enlace de youtube, y consultar la más información sobre esta edición del premio aquí.
viernes, 15 de enero de 2016
El clásico de la semana es...
Para Umbriel y Albania, mis Mitsous
El clásico de esta semana no es propiamente poesía, pero sí se debe a uno de los poetas más personales e importantes de todo el siglo XX: nada más y nada menos que la de Rainer Maria Rilke (1875-1926), cuya vida goza ahora mismo de gran actualidad en España porque acaba de publicarse una tan monumental como personal biografía suya escrita por otro escritor de nacionalidad dispersa como Mauricio Wiesenthal, de apasionante lectura. Se trata de Mitsou. Historia de un gato, que en realidad es un libro de imágenes realizadas en su niñez nada más y nada menos que por Balthazar Klossowski, más conocido como Balthus (e infinitamente más conocido por sus pinturas de equívocas lolitas). El joven aspirante a pintor - cuando se publica el libro apenas tiene trece años - era miembro de una de esas familias aristocráticas a las que tanto se acercaba el poeta en busca de sustento económico y espiritual (de hecho, su madre, Baladine Klossowska, se convertiría en su amante), y mantuvo con el poeta una correspondencia publicada bajo el título Cartas a un joven pintor, sin duda como réplica de las famosas Cartas a un joven poeta, mucho más conocidas y difundidas.
A Rilke, como decimos, solo le debemos el prefacio que antecede al delicioso relato visual de su joven amigo. Se trata, además, de un texto escrito en francés ya casi hacia el final de su vida, cuando el poeta praguense (realmente resulta difícil ponerme un adjetivo nacional a un nómada vital y lingüístico como Rilke, que además nació en un país que había desparecido a su muerte) ya dominaba esa lengua y se atrevió a escribir en ella algunos de sus poemas. Son apenas un puñado de páginas que comienzan con una sugerente pregunta - ¿Quién conoce a los gatos? - y que contienen algunas acertadas reflexiones sobre la relación frustrante y un tanto guadianesca que nos une siempre a los gatos. Porque, como dice el mismo Rilke, de nuevo en forma de pregunta (pues parece que las preguntas se avienen bien con animal enigmático como el gato, cuya personalidad solo conseguimos arañar superficialmente): ¿acaso alguna vez se ha podio asegurar que un gato se dignó ceder un hueco en el fondo su retina a nuestra imagen fútil?
(Tanto la imagen como las citas pertenecen a la edición española del libro: Mitsou. Historia de un gato. Seguido de cartas a un joven pintor, traducción y prólogo de Juan García Román, La Laguna, Artemisa Ediciones, 2006).
domingo, 10 de enero de 2016
El clásico de la semana es...
Me siento ya una casa enferma,
una casa leprosa.
Es necesario que alguien venga
a recoger los mangos que se caen
en el patio y se pierden
sin que nadie les tiente la dulzura.
Es necesario que alguien venga
a cerrar la ventana
del comedor, que se ha quedado abierta,
y anoche entraron los murciélagos...
Es necesario que alguien venga
a ordenar, a gritar, a cualquier cosa (...).
(Dulce María Loynaz, fragmento de Últimos días de una casa).
domingo, 3 de enero de 2016
Balance del 2015
Con la llegada del año nuevo, he echado la vista atrás para reflexionar sobre mi actividad bloguera durante el 2015 y la evidencia ha saltado a la vista: mientras que en 2014 llegué a las ciento once entradas, en este año pasado solo he publicado setenta y cuatro; y mientras que en 2014 reseñé veinte obras, este año solo he comentado siete. Me niego a analizar las causas de tan evidente descenso, tanto como a hacerme el propósito de escribir más este año en el blog, porque sé que el año nuevo es la peor época para ello. Pero dicho descenso tiene una consecuencia evidente. Mientras que el año pasado elegí las cuatro obras reseñadas en el blog que me parecían más destacables (Los 4 del 2014), y añadí a ellas un par de accésit, este año no me parece demasiado coherente llevar a cabo tal tarea, ya que el material de partida es bastante escaso. Así, pues, en vez de realizar una selección, intentaré hacer un balance de lo que mis reseñas denotan sobre la poesía infantil en el año 2015.
En primer lugar, no puedo ignorar que las reseñas publicadas durante el año pasado revelan dos aspectos fundamentales: por un lado, la disponibilidad de los libros y su relevancia dentro del mercado literario; y, por otro (and last but not least) mis propios gustos literarios, pues hace tiempo que en este blog decidí escribir sobre lo que me gusta o sobre lo que quiero escribir. Eso no significa que escriba solamente sobre aquellas obras que considero de gran calidad, sino que también lo hago sobre aquellas otras que, por sus especiales características o por abrir una brecha dentro de las estéticas dominantes y del sistema literario, merecen ser destacadas. De esta manera, el balance del 2015 podría reflejar tanto ciertas tendencias y corrientes del campo de la poesía infantil como mi propio posición dentro de dicho campo.
Como he dicho antes, siete han sido las obras reseñadas durante este año. Por orden de aparición en el blog, son las siguientes: The Song of Wandering Angus, con texto de Yeats e ilustraciones de Marina Marcolin; El libro de las camas, con texto de Sylvia Plath e ilustraciones de Quentin Blake; Concierto a lo Dagoberto, con texto de Luna Baldallo e ilustraciones de Ana Baldallo; Donde nace la noche, con texto de Laura Forchetti e ilustraciones de María Elina; nada de nada, con texto de Daniel Nesquens e ilustraciones de Alberto Gamón; Libro de las lunas, con texto de María Jesús Jabato e ilustraciones de María Bravo; y, por último, la antología Dos orillas y un océano, editado por Pedro C. Cerrillo y Sergio Andricaín.
Precisamente, voy a empezar por el final, es decir, por esta última obra, ya que creo que es uno de los grandes acontecimientos de la poesía infantil hispana del año 2015. Supone esta selección un esfuerzo notable por dibujar un canon de este subgénero en español hoy en día, sin atender a criterios generacionales, pues une en un mismo libro autores de este y aquel lado del Atlántico y de muy distintas edades, pero con un rasgo en común: todos ellos están vivos ahora mismo y publicando. Por ello, esta antología va más allá de las antologías típicas de poesía infantil, en las que se solo se recopilan poemas clásicos de autores consagrados (y no necesariamente escritos para niños), y lo hace además tratando el género con total seriedad, usando las mismas herramientas que se utilizan en las selecciones de poesía para/de adultos.
El resto de las obras reseñadas reflejan, aun en su escasez, gran parte de las tendencias que marcan la poesía infantil en estos tiempos, tanto desde el punto de vista de las ediciones y los medios de difusión como desde el punto de vista estrictamente textual y literario.
De una parte, algunos de los libros reseñados demuestran la vitalidad - crisis obliga - de las opciones editoriales personales y casi personalistas, como El libro de las lunas, Concierto a lo Dagoberto y nada de nada, que han sido editados de forma quasi-artesanal y son apuestas personales de sus autores y editores (que a veces coinciden en la misma persona). Incluso la propia antología Dos orillas y un océano podría estar dentro de esta categoría. Frente a ellas, los sellos consolidados y con mejor difusión, como Libros del Zorro Rojo o Kalandraka, siguen teniendo representación en este blog.
Al mismo tiempo, desde el punto de vista literario, las opciones también resultan bastante significativas. Está representada la que podríamos considerar como tendencia dominante en la poesía infantil (arte menor, influencia de lo popular, etc.) en las obras de Luna Baldallo y de María Jesús Jabato, que conviven en el blog y en el mercado con opciones que van por otros derroteros y que son también distintas entre sí: por un lado, el lirismo elíptico y dickisonsiano de Donde nace la noche; y, por otro, el humor más vanguardista y de raigambre absurda de nada de nada, a mi juicio uno de los grandes libros de este 2015, que además me hace preguntarme por qué esta veta no abunda un poco más en la poesía para niños. Además, la recuperación de clásicos descatalogados ha estado bien representada por El libro de las camas, donde se une el truncado talento de Sylvia Plath con el plenamente desarrollado de Quentin Blake.
Por último, no podemos olvidar una tendencia creciente en el ámbito editorial, que consiste en publicar de forma ilustrada obras de autores clásicos, no necesariamente infantiles. En este blog, ha estado representada por la maravillosa versión ilustrada de The Song of Wandering Aengus realizada por la italiana Marina Marcolin, cuyas acuarelas reflejan a la perfección la atmósfera verde, mágica y húmeda de los versos de Yeats, pero también, en la sección de clásicos, por el brevísimo poema de Lorca Arlequín, publicado por Barbara Fiore en forma de desplegable.
En suma, tal vez 2015 no ha sido en dulcepepinillo un año pródigo en reseñas, pero, inconscientemente, sí que estas, en su relativa escasez, han acabado por reflejar más o menos lo que hay.
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