jueves, 21 de enero de 2016

The Death of the Hat

    
 The Death of the Hat. A Brief History of Poetry in 50 Objects (selección de Paul B. Janeczko; ilustraciones de Chris Raschka), Somerville, Candlewick Press, 2015. 

   Acabé el 2015 reseñando una antología y empiezo el 2016 reseñando otra, si bien no podrían ser más distintas. 
     The Death of the Hat. A Brief History of Poetry in 50 Objetcs es sin duda el tipo de antología que más abunda en la poesía infantil: una panorámica histórica más o menos completa, y más o menos acertada según quién la lea, pues ya se sabe que este tipo de selecciones siempre se basan en el difícil arte de tomar decisiones y luchar contra la propia subjetividad. Sin embargo, esta selección del estadounidense Paul B. Janeczko tiene la peculiaridad de unir en un mismo libro dos tipos de antología distintos: la panorámica o histórica y la temática. Él mismo, en la introducción, confiesa que elaborar esta antología fue un proceso particularly challenging, es decir, especialmente desafiante, debido a dos razones: encontrar durante las épocas más remotas poemas sobre objetos (ya que, según Janeczko, en aquel entonces se componían sobre todo meditaciones filosóficas y espirituales sobre la vida la muerte) y hallar en esas mismas épocas composiciones escritas por mujeres. Janeczko sostiene que las mujeres escribieron poemas in the early eras - y cita precisamente a tres de las que se incluyen en su antología, Jusammi Chikako, Phillis Wheatly y Charlotte Smith -, pero también reconoce que, al menos en Occidente, es más fácil encontrar poemas publicados escritos por hombres que por mujeres.
   En la introducción, además, Janeczko da algunas nociones de historia literaria centradas en la poesía (pertinentes, ya que el libro lleva por subtítulo A Brief Story of Poetry in 50 Objetcs) que no pretenden - ni pueden - ser exhaustivas y que justifica así la división que lleva a cabo en el índice: Eary Middel Ages (400-1000); High Middle Ages (1000-1500); The Renaissance (1500-late 1600s); The Enlightenment (late 1600s-1785); Romantic Period (1785-1830); Victorian Period (1837-1901); Modern Period (1900-1945); Postmodern (1945-present); Contemporary. Janeczko, quizás innecesariamente, nos advierte justo a continuación de que los periodos literarios con los que se organiza la antología son mayormente occidentales (the literary ages defined here are largely Western) y que en otros lugares la poesía tiene una historia distinta (poetry in other parts of the world underwent somewhat different evolutions), aunque también reconoce que su selección incluye poderosos ejemplos de poesía oriental (strong poems from Eastern Poets). En cualquier caso, concluye el antólogo, los periodos usados son aquellos en los que coinciden la mayor parte de los especialistas (The major literary periods that I've used as an organizing principle are the ones about which most literary historians agree).
    Lo que se le ha olvidado decir a Janeczko - o quizás lo que no se le había pasado en absoluto por la cabeza - es que esos periodos literarios de los que habla no son, como él dice, Western, es decir, Occidentales, sino que corresponden a la división que se establece generalmente para la literatura anglosajona. Por ello, el resultado podría considerarse partially disapointing y en cualquier caso bastante discutible. No ya por la selección que lleva a cabo, que incluye  nombres bastante indiscutibles de la historia de la poesía (ahí están Shakespeare, Donne, Blake, Byron, Wordsworth, Poe, Whitman, Dickinson, Stevenson, Coleridge, Yeats, Pound, Frost, Plath, cummings y, oh, sorpresa, Pablo Neruda, entre otros), sino porque titular así una antología que casi solo incluye poemas de escritores anglosajones se antoja por lo menos un despropósito. A Brief History of Poetry in English in 50 Objects hubiera sido un título mucho más adecuado.
   Sorprende, pues, que el responsable de la selección tenga tan en cuenta la ausencia de mujeres y de poetas orientales, pero que no le salte a la vista ni le parezca totalmente sesgada una antología en la que no hay poemas de autores italianos, franceses, rusos o alemanes, y que la selección en lengua española se reduzca a un poema de Pablo Neruda. Podría pensarse que al autor le resultó imposible encontrar poemas sobre objetos de autores que pertenecieran a otras tradiciones literarias como las mencionadas, pero más bien me inclino a pensar que todo es un problema de de anglocentrismo tout court. En esta visión más bien cerrada y anglocentrista de la literatura y de la cultura (y, por ende, del mundo), Occidente equivale a lo escrito en inglés, y sí, se hace un esfuerzo por mirar a Oriente y por rescatar a mujeres escritoras, pero no por revisar esa misma noción de Occidente de la que se parte. Y por eso se cae en inexactitudes flagrantes como el hecho de que el único poeta hispano incluido en el libro - y el único que escribe en una lengua europea - sea Pablo Neruda, y que esté incluido en la sección de... ¡Contemporary! Es decir, de aquellos poetas que se supone que están escribiendo ahora mismo (sic)... tal vez porque la traducción que maneja Janeczko es de 2011.
   Pero lo cortés  no quita lo valiente, y más allá de estas inexactitudes que merecerían una revisión, aunque solo fuera por cortesía, hay que decir que este es un libro muy bello, tanto por la idea central que lo estructura - la poesía sobre objetos - como por la selección, pues los poemas son de gran calidad. Hay algunos muy conocidos de poetas muy famosos, como The Red Wheelbarrow, de William Carlos Williams, The Cat and the Moon, de Yeats, o City Trees, de Edna St. Vincent Millay, junto a otros menos difundidos de algunas luminarias literarias y otros de autores mucho menos conocidos, al menos por estas latitudes, y que son todo un descubrimiento. Entre ellos podríamos destacar uno de los últimos poemas del libro, del  que está tomado el sugerente título de la selección, The Death of the Hat, de Billy Collins, pues refleja precisamente cómo el sombrero ha dejado de usarse y termina con cuatro hermosos versos elegíamos (And now my father, after a life of work, / wears a hat of earth, / and on top of that, / a lighter one of colad and sky - a hat of wind).
   Pero de nada serviría que la selección de estos poemas fuera la adecuada si no fuera también un libro atractivo desde el punto de vista visual, y como objeto. Una antología sobre objetos debe ser un ante todo bello objeto, y es ahí donde adquieren especial relevancia el cuidado en la edición y las ilustraciones. The Death of the Hat es un libro con formato de álbum, formato grande, y exquisito cuidado en todos los detalles paratextuales. La sobrecubierta refleja el título y el espíritu del poema del que está sacado de manera coherente y con cierta melancolía, lo cual es extensible a la cubierta y a la contracubierta, donde se juega con al dispersión de un objeto que ha caído tan en desuso como el sombrero o más: el sello. Quizás esta opción, con objetos encerrados en sellos, sea más sugerente, aunque no tan llamativa, y por eso no se eligió para la sobrecubierta (además, es usada también en el poema de Neruda, Oda a un álbum de sellos). Las dos guardas, por su parte, reflejan un paisaje nuboso por el que vuelan pájaros azules, y es quizás aquí donde empieza a cobrar sentido la técnica elegida por el ilustrador, Chris Raschka, la acuarela, quizás no demasiado usada en la ilustración de literatura infantil, pero que cuenta con practicante tan virtuosos como la italiana Marina Marcolin, de quien ya reseñé dos libros aquí. Ahora bien, mientras que la italiana lleva a cabo unas ilustraciones mucho más cercanas a cierto hiperrealismo, claramente detallistas y con gran atención a la creación de atmósferas y paisajes mediante el uso de fondos coloreados, las de Raschka son más bien sintéticas y esquemáticas, y entablan un diálogo constante con el fondo blanco sobre el que se imprimen los poemas y las imágenes, con soluciones tan variadas como coherentes en cuento a la distribución de texto e ilustración (en esto también tiene mucho que ver la secuenciación, por supuesto). A veces, la doble página engloba dos poemas distintos que quedan unidos mediante la ilustración (como ocurre con los de Emily Dickinson y William Carlos Williams); otras veces, el poema se enmarca dentro de la propia ilustración, como ocurre por ejemplo en Lament, for Cocoa, donde los versos están integrados en una taza de cacao; y en otras ocasiones la dispersión en doble página de un poema largo y sinuoso encuentra perfecta réplica en una ilustración que se extiende, como es el caso de The Cat, de Ferlinghetti, o el ya mencionado Ode to a Stamp Album, de Neruda. Además, Raschka tampoco rehuye jugar de forma variada con los planos y la composición, y, así, usa primeros planos que rayan la abstracción en A Just-Finishing Candle, o Tha Cat and the Moon. Y, en fin, el ilustrador sabe adelgazar el trazo cuando así lo pide el texto y engordarlo y emborronar la página cuando es necesario, sin por ello restar un ápice de expresividad y pertinencia a las imágenes.
   En definitiva, The Death of the Hat es una antología paradójica, tan estimable en su acabado editorial y valor poético como discutible en sus planteamientos como selección poética, y que sin duda revela cierta concepción no ya eurocéntrica, como denuncian desde hace tiempo los estudios culturales, sino más bien anglocéntrica, de la literatura que convendría, cuando menos, revisar.


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